martes, 31 de agosto de 2010
COLOSIO Y EL CLUB BILDERBERG
Colosio y el Club Bilderberg
Viernes 23 de Julio de 2010 12:53 FRANCISCO J PEÑA MEDINA
Francisco J. Peña Medina
El mesero impecablemente vestido y acostumbrado a codearse con los más selectos personajes de la vida nacional, desliza suavemente el plato de porcelana colmado de escamoles (larvas de hormigas sumamente agresivas), en la mesa donde el licenciado Luis Donaldo Colosio Murrieta departe con el ex diputado federal, Rolando Castillo Gamboa, quien fuera su compañero de curul en el Congreso de la Unión y Praxedis Fraustro Esquivel, entonces líder máximo de los ferrocarrileros en México.
El político sonorense toma un cubierto de plata, coloca con total parsimonia una generosa ración del exótico alimento en la tortilla de nixtamal verde, la envuelve y le hinca el diente. “Es un taco afrodisiaco”, bromea mientras esboza una picara sonrisa que contagia a los comensales.
La escena anterior se registró hace 18 años en el exclusivo restaurante La Calesa de Londres de la ciudad de México; Colosio era en ese tiempo, Secretario de Desarrollo Social y el hombre fuerte de Carlos Salinas de Gortari para convertirse en el candidato del Partido Revolucionario Institucional a la presidencia de la República; vivía pues sus días de gloria y el futuro le era halagador.
En aquella conversación en petit comité se habló sobre un programa de vivienda que se concretaría con apoyo del gobierno federal para beneficiar a las familias de los trabajadores del riel, soplaban vientos electorales y el PRI aceitaba su maquinaria ”fabricante de votos”, teniendo en el ministro de la SEDESOL un alfil bendecido desde Los Pinos para abanderar las elecciones de julio de 1994.
Yo comía con el equipo de seguridad del líder ferrocarrilero y con su secretario particular Efraín García, cuando de pronto fui llamado a la mesa principal. “Licenciado Francisco Peña es mi jefe de prensa y es de Sonora su tierra”, dijo Praxedis a modo de presentación.
“¿Cómo estás?, que gusto ¿de qué parte eres?”, me preguntó Luis Donaldo Colosio inmerso en su plato con escamoles.
“De Ciudad Obregón, señor”, le respondí deslumbrado por su presencia.
“!Ah!, una ciudad muy bonita, compite con Brasilia en lo bien planeada, sobre todo por lo amplio de sus calles y con Alemania en el consumo de cerveza”, expresó y las carcajadas de los presentes no se hicieron esperar.
Acercamiento fugaz con quien fuera uno de los hombres más importantes del gabinete salinista, pero tiempo suficiente para percibir en él un ser excepcional, campechano, carismático y poseedor de un aura que iluminaba su entorno, Luis Donaldo Colosio creí descubrir, vivía siempre de buen humor con una eterna sonrisa dibujada en su rostro.
Por eso su muerte aquel aciago 23 de marzo de 1994 en Lomas Taurinas, una polvorosa colonia de Tijuana, caló hondo en el espíritu de los mexicanos; su magnicidio ha dejado tras de sí una estela de dudas, incertidumbre e impunidad de los aparatos de justicia en los que se asienta el sistema político de México.
Pues bien, el pasado miércoles 14 de julio escudriñando en internet mis correos electrónicos me llamó la atención uno que me envió el colega periodista regiomontano, Alberto Hernández Silva denominado El Club Bilderberg, circulo secreto formado en Holanda en 1954 y que está integrado por los hombres más poderosos del planeta.
Entre los planes de este singular Club se encuentra crear un nuevo orden mundial, formar un solo gobierno, un solo banco, un solo ejercito, una sola religión. Colapsar el peso mexicano para adoptar una nueva moneda que sería el Amero Americano; en nuestro país dice el email, se ha iniciado desde hace tres sexenios la ejecución de tan descabellados programas.
“Club secreto que programa guerras, crisis económicas, derriba gobiernos que no le son afines y asesina lideres que se oponen a sus planes…”, este último punto atrajo mi curiosidad pues en un texto más adelante revela que Carlos Salinas de Gortari al firmar el Tratado de Libre Comercio sentó las bases para la futura Unión Norteamericana.
De todos es sabido que el ex mandatario decide dejar a Luis Donaldo Colosio Murrieta como su sucesor, sin embargo el sonorense fue enterado por intereses extranjeros de los planes del nuevo orden mundial para México y los rechazó tajantemente, pero además, en su discurso del 6 de marzo fijó la postura de lo que sería su presidencia y arremetió contra los poderes oscuros que tienen sumido a México den la pobreza:
"Veo un México de comunidades indígenas, que no pueden esperar más a las exigencias de justicia, de dignidad y de progreso; de comunidades indígenas que tienen la gran fortaleza de su cohesión, de su cultura y que están dispuestos a creer, a participar, a construir nuevos horizontes”.
"Veo un México con hambre y con sed de justicia. Un México de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la ley quienes deberían de servirla. De mujeres y hombres afligidos por abuso de las autoridades o por la arrogancia de las oficinas gubernamentales”, arremetió el entonces candidato presidencial y 17 días después estaba muerto.
Hasta la fecha la verdad histórica de su asesinato ha sido todo un misterio, quedando en su lugar Ernesto Zedillo Ponce de León quien es un fiel impulsor del nuevo orden mundial para México dice en otra parte del escrito que me envió vía internet mi amigo el periodista.
Realidad ó fantasía, usted amable lector haga sus propias conclusiones, lo cierto es que a los mexicanos y particularmente a los sonorenses por cuestiones sanguinas nos deben desde hace 16 años una explicación pues la interrogante sigue latente: que manos tenebrosas movieron los hilos del magnicidio que nos privo de tener un presidente de la República dispuesto a construir nuevos horizontes para nuestro sufrido país.
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Ultima actualización ( Viernes 23 de Julio de 2010 12:57 )
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