jueves, 7 de octubre de 2010
UN PELIGRO PARA MÉXICO
El 5 del presente Felipe Calderón hizo unas declaraciones sobre Andrés Manuel López Obrador (AMLO) calificándolo nuevamente como un “peligro para México” y señalando que “le hizo un daño terrible a México con su campaña de rencor y odio antes y después de las elecciones”. Tales declaraciones no dejan de ser preocupantes, tratándose de quien ocupa la silla presidencial, cuya elección fue y sigue siendo muy discutida. El mismo Calderón con su dicho “haiga sido como haiga sido” en alguna forma estaba avalando la ilegalidad. Las declaraciones de ahora por las que agrede y descalifica a quien durante este sexenio, y antes de las elecciones del 2006, ha luchado en forma pacífica por el país –por más que a muchos no gusten su forma y su lenguaje- vienen a encender los ánimos en muchos de sus seguidores e incluso en miembros de su partido los cuales rechazan por inobjetivas, burdas, “intolerantes, excluyentes y hostiles hacia, cuando menos, el tercio del electorado que votó” (Editorial de la Jornada de este día).
No dejan de ser lamentables y preocupantes las declaraciones de Calderón que vienen a echar por los suelos sus reiterados llamados a la unidad. Nos preguntamos: ¿De qué unidad se trata? ¿De una unidad que equivalga a “uniformidad” de pensamiento y de criterios y en donde no exista la crítica a quien detenta el poder? ¿No se está también descalificando a grupos y asociaciones que luchan por un mejor país, criminalizando –una vez más- la disidencia?
En la historia de la humanidad siempre se ha pensado que los gobernantes tienen como función primordial buscar el bien, la justicia y la unidad (que no es sinónimo de uniformidad); de sus pueblos (basta leer, por ejemplo, lo que se pedía en el antiguo Israel a los reyes: “no pervertir el derecho”, (Prov. 31,5); “defender la causa de los pobres y de los oprimidos”, (Prov. 31,8-9). Y no digamos todo lo que en las legislaciones modernas encontramos respecto a las obligaciones de los gobernantes.
Adjunto algunos archivos sobre las declaraciones de Calderón y los cuestionamientos que en dos días he encontrado en varias publicaciones. Al final de este grupo de archivos se adjunta el texto escrito de AMLO como respuesta a tales declaraciones. Seguramente en los próximos días habrá otros análisis; lamentablemente, como a menudo sucede, la mayoría de los medios se colocan acríticamente del lado de quien detenta el poder.
Reciban un saludo afectuoso,
José Luis Razo Ochoa.
Tlaquepaque, Jal., 7 de octubre de 2010
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